domingo, 2 de junio de 2019

Ya para que...

Y volví para recuperar mi espacio, mis letras, mi libertad, mi autonomía, mi independencia, que aunque pensamos que son lo mismo créanme que no lo es.

Disculpen si en este blog ven mucho esta palabra, pero nuevamente aprendí.

Aprendí que no sólo de adolescentes debemos tomar decisiones correctas, que la vida es un contínuo equivocarse, rectificar y continuar, y que hasta en la tercera edad debemos decidir y ser capaces de entender cuál es el camino, para evitar fallarnos a nosotros mismos o perder todas estas cosas que estoy recuperando de nuevo.

Esta historia comenzó el 9 de Enero, cuando un par de lágrimas (ya no soy tan llorón como antes) dieron paso al inicio de una historia que yo mismo estaba claro que representaba un riesgo enorme, sin embargo ya nada me hace daño, quizás por los 35 y jamás soy ciego, quizás padezco algunas situaciones de las relaciones pero ya no me desesperan o me quitan la alegría, aunque obviamente si altera la paz y es normal porque ya no somos uno sólo, somos dos o como en este caso, éramos tres que eso para los que no saben significa 100 veces más responsabilidad.

En aquel avión se fue la seguridad, el tesoro que se había descubierto, la historia perfecta que ya había leído y que todos sin leerla sabían que era la ideal, pero somos necios, masoquistas y por nacimiento tercos y quizás por eso decidí sólo dar un abrazo, mirar al cielo, y sin pensar comenzar con aquella historia de amor sin amor.

Recuerdo aquel día, hace más de un año cuando las dos sonrisas se encontraron, lo habían planificado pero nosotros no. Fue tan grande lo que pasó que ya sabíamos que nos volveríamos a ver, y así fue, ella salió de su parcela para conocer mi rincón, mi pueblo, mi música y para hacerme sentir siempre querido pero sobre todo para hacerme sentir feliz sin dejar de ser yo.

Con los años vamos dándole importancia a ciertas cosas que para otra persona puede ser una estupidez pero para nosotros No, igual que Como cuando me dijo que antes de conocerme ya tenía decidido emigrar. Eso me hizo pensar lo siguiente: Vale la pena que esta mujer tan perfecta deje de cumplir sus sueños por mi? La respuesta ya la saben y el final también.

Entonces un día decidí despedirla, traerla con nuestros cómplices y pasar un día lleno de sonrisas, la pasamos genial y nos tomamos la mejor foto de nuestra historia juntos, fue la mejor porque en sus ojos se reflejaba su amor por mi y en los míos lo arrepentido que estába por dejarla ir.

Alguien me preguntaba, los hombres se arrepienten cuando pierden a una buena mujer? Yo respondí: Si, con el tiempo, cuando nos damos cuenta lo difícil que es conseguirla... se hizo viral la respuesta, porque nunca lo admitimos.

Un día antes de Enero hablamos, y coincidimos en algo, no hay que arrepentirse, hay que seguir soñando. Que el tiempo pasa y nos va enseñando y ella dijo con su voz nerviosa, con sus ojos tímidos y su sonrisa elegante.

Arrepentirse? Ya para que...

.-JJ

No hay comentarios:

Publicar un comentario