sábado, 30 de septiembre de 2017

Soñando...

El día comenzó muy distinto, a pesar de unos días grises desperté con esa alegría que ha sido intermitente en los últimos tiempos pero que extrañaba, salí del cuarto pensando en lo bien que me sentía para ser un día normal y sin corrientes, un día de esos que se esperaba fuera solo de trabajo.

Pero no fue así, el presentimiento era cierto, algo estaba por pasar.

Antes de llegar al destino iba pensando mil cosas, esas que un hombre solo piensa, esas que un hombre sueña, poder resucitar la felicidad y terminar de asesinar a la soledad de una vez por todas, lograr conseguir lo que tanto he soñado en este último año, mi compañera, mi amiga, mi amante y mi novia, como digo siempre mi princesa flaca.

Llegando al lugar no tardó mucho tiempo, vi la sombra de una mujer que impactó mis pupilas, me generó curiosidad con su cabello de princesa y su tamaño perfecto, yo estaba intranquilo, quería saber quien era y que hacía en el lugar.

Pregunté quien era y me dijeron todo sobre ella, les dije que llamó mi atención y que quería conocerla, todos estaban sorprendidos, no suelo hacer estas cosas pero no podía dejar de hacerlo porque algo me decía que tenía verla a la cara.

Me llevó  un vaso de agua, mi cuerpo sintió mil grados en la escala de richter, me sentí tímido después de mucho tiempo, se fue acercando en cámara lenta y yo me hice el tonto para no mirarla a los ojos, todos se dieron cuenta y me miraban, lo tenían planificado y lo lograron, me quedé mudo por unos minutos pero como siempre el agua hizo su trabajo y me calmó.

Luego yo tenía que verla antes de irme y ver si era verdad lo que yo sentía, necesitaba tenerla cerca y hablarle, no me podía ir así y lo hice.

Cuando ya me iba pasó por un lado y la llamé por su nombre, ella volteó me miró y solo le dije lo hermosa que era, me regaló una sonrisa que me cambió el día, la semana, el mes y ojalá que hasta me cambie la vida.

Al llegar a casa nos comunicamos, ella sorprendida de que aquel hombre le escribió para manifestarle la intención de querer conocerla y decirle que aún no salía de mi asombro por su belleza; fue una noche loca, no dejaba de sonreír y de pasar por mi mente aquel momento.

Hoy ya es otro día y solo quiero confiar en Dios de que aquel día no haya sido solo un sueño, y que ya pronto pueda volver a sentir de esa manera.

Y ese fue un día en el que desperté, soñando, hace algunos años...

.-JJ