Vemos que en la vida pasan cosas extrañas, que se nos hacen locas o inexplicables pero a la final siguen siendo cosas de Dios, del destino, de esta terrible aventura que a veces se nos hace pesadilla llamada vida.
Desde hace años he visto cambiar de paisaje a más de un inocente, de esas personas que parecen ángeles aquí en la tierra y terminan siendo ángeles en el cielo repentinamente.
Hace unos días se fue al cielo un niño y eso me recordó los momentos tristes de mi vida, en especial cuando mi primo querido partió a la otra vida aquel diciembre oscuro o cuando aquella amiga nos hizo vivir en el 99 el peor septiembre.
Son preguntas que no tienen respuesta pero que hacen que debamos dejar en Dios el refugio de nuestros corazones, son esas cosas de la vida que nos hacen temer y que nos hacen sentir que no hay tiempo que desperdiciar ni tiempo que perder a la hora de ser felices y a la hora de hacer lo que queramos porque sabemos hasta cuando el dinero es suficiente pero no sabemos durante que tiempo será nuestra misión aquí en la tierra.
No miremos atrás, al decirle a nuestros padres, a nuestros amigos, a nuestro amor cuanto le amamos y cuanto especiales son para nosotros, son parte de los detalles que debemos hacer cada día al despertar porque no sabemos si hay mañana, para ellos y para nosotros la vida es hoy, no mañana.
Saben cuanto pienso en el amor pero créanme que cada minuto pienso en la vida y que cada muerte de estos ángeles de la tierra hace que el corazón se arrugue y le pida a Dios que me guarde cada explicación para cuando lo vea en el cielo porque no lo entendemos pero sobre todo muchas veces no lo superamos.
Dios bendiga a los padres de este niño, gente buena, gente de bien que siempre sueña y que siempre espera un poquito más de Dios.
Estar triste es parte del amor?
Si, de vez en cuando....
.-JJ
