Mañana tras mañana es una alegría poder salir a la calle, ver la luz del sol y sentir en la cara esa sensación de vida que solo inspiran dar gracias a Dios por un momento más junto a los nuestros.
Quizás antes las mañanas eran con las mismas sonrisas que ahora pero no con los mismos recuerdos ni los mismos pensamientos, los recuerdos se hacen añejos en el tiempo porque vamos sumando kilómetros y los pensamientos sobre todo después de los 30 se hacen más profundos y siempre basados en esas necesidades que podamos tener.
Al salir a la calle van pasando tantas historias por la cabeza, claro, las que dejaron huellas y las que por alguna razón tenían pinta de una gran historia y no llegaron a novela.
Así es el amor, a veces nos pasa que pensamos en alguien que ya no está y comienzan las preguntas, que hubiera sido de nosotros de haber continuado? Porque fuimos tan drásticos en aquel momento? Donde estará? Estará bien? Que será de su vida? O a lo mejor estamos del otro lado, porque no me dio esa oportunidad? Que habrá pasado?.
Al final de la historia Dios va a poner a cada quien donde se merece y tiene algo escrito para cada persona, o en el peor de los casos haremos cualquier cosa por llevarle la contraria y estar arriesgados a luchar por demostrar que si era lo correcto, pero lo correcto viene de Dios, por eso el amor a pesar de todo es perfecto, porque también viene de Dios.
En la vida hay que luchar, insistir, crear y hacer las cosas diferentes para innovar, pero en el amor cuando todo sigue igual solo vale esperar, hacer las cosas bien cuando nos toque y nada más.
No pensemos tanto en lo que no fue y pensemos en el futuro, que lo que vendrá de seguro es perfecto, como el tiempo, como el amor, como los besos.
.-JJ
