jueves, 4 de febrero de 2016

Recordando.

Eramos niños cuando te veía de lejos y soñaba, de cerca y me emocionaba, luego más de cerca y salía corriendo por tu carácter fuerte y dominador.
Así fuiste desde niña, distinta, con una melena alucinante, con una mirada imponente pero siempre con una sonrisa que aunque veía poco me hacía imaginarme un mundo contigo.

Fuiste siempre un imposible, desde los celos aterradores de tu padre hasta tus arranques de desprecio, eran tiempos bonitos pero fuertes, yo solo era un loco, músico, feo y parrandero, tu eras la princesa de la casa, la intocable, la inalcanzable. Cada quien en un mundo distinto pero así y todo eramos felices.

Recuerdo que a veces veía la camioneta de tu familia venir y me escondía porque me decían que tu papá quería pasarme por encima, jajajajaja eramos inocentes y yo pensaba que por estar pendiente de ti me pasaría algo.

El tiempo siguió pasando y aunque no te diste cuenta a veces yo seguía pendiente de como estabas, de como crecías y de como fuiste quemando cada etapa, no salías de mi cabeza a pesar del tiempo, pero quizá ya habías salido del corazón.

Fui feliz cada vez que te vi feliz, pero ahí se estancó la historia porque nunca pude verte sufrir o llorar, quizá porque todo quedó en nada o porque la vida contigo siempre me dió la espalda, pero no importa porque a pesar de no tener principio ni final siempre fuiste para mi una historia, esa que me enseñó que había que luchar para poder merecer una princesa, que tenía que aspirar en grande (para mi siempre tu has sido grande) para poder tener lo que yo quisiera y poder ser el orgullo de los míos.

Fuimos creciendo y yo me daba cuenta que era imposible tener un millón de amigos en un mundo tan viciado, aprendí que el amor sin locura es nada y que estar por estar es igual a no estar.
La vida me enseñó que es mejor pagar el agua y la luz que desperdiciar el agua y tener que apagar la luz, la vida me confirmó que luchar era el camino y que con sacrificio los sueños se hacen realidad.

Hoy veo por el retrovisor todas aquellas historias, unas con más sonrisas que otras, unas en las que sufrí pero me dejaron lecciones de vida, pero yo me quedo con esta historia, la tuya y la mía.

Hoy como cada 2 de Febrero desde que te vi y me encantaste le pido a Dios que te llene de sonrisas y salud a ti y a tu familia, que sigas teniendo un mundo dulce, donde cada día serás más Feliz y aún más bella.

Yo sigo en mi mundo, tratando de conseguir a esa princesa y aunque ya no soy tan niño, ni tan loco, ni tan feo, ni tan parrandero sigo con ese sueño intacto y quizá por eso estoy aquí, recordando.

.-JJ