miércoles, 30 de agosto de 2017

Tarde...

Cuando nos tropezamos no sabía en lo que se convertiría, fue en un día normal donde su sonrisa anormal invadió mi camino, y con su chicle vencido de tanto masticar no supo hacer más nada que saludar.

Era ella, con su tono singular,
con el mismo caminar
y con su mochila viajera.
Ella que hoy sigue siendo
la tentación no concebida
y mi confesionario habitual.

Le dediqué tantas canciones que sigue pensando en mí, sonríe con mis locuras y también me hace sonreír, quizás fue una historia inconclusa pero la tengo de mi lado, escuchando mis historias de hombre loco enamorado.

Cuando nos besamos no sabía que conocería el amor en carne propia, a pesar de haber vivido ya varias historias, la acaricié con mi nariz de novela escalando lentamente hasta sus labios, donde nací,  viví y morí al tenerla entre mis brazos.

Fue quizás lo que menos recordamos como los días de pasión, escondernos o aquel abrazo, pero tantos años después no se olvida aquel momento, porque fue cuando logré lo que para mi era un sueño, enamorar a una una mujer con este mundo que tengo.

Cuando logras la escultura en el arte que deseas, cuando enseñas lo perfecto y lo perfecto te enseñan, cuando logras en una mirada la sonrisa y el deseo, el tiempo valió la pena, nunca te olvidarán, porque el trabajo fue bien hecho.

El tiempo llegó a destiempo
La tentación, es una amiga fiel
El amor sigue siendo amor
Y todo terminó en historia
Porque la vida continúa, pero el tiempo se agota.

Tarde nos tropezamos, la sigo queriendo
Tarde nos besamos,

Tarde...

.-JJ

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