Jamás me arrepentí de nada y es algo que va en la sangre de un Sobreviviente, jamás quise corregir algo que ya no tenía arreglo ni sentido, pero siendo así lo único que siempre estuvo de más fue el sobre pensar.
Lo normal nunca fue de mi gusto y mucho menos las personas normales, pero a veces la vida se encargó de exagerar en esto y me hizo sufrir más de la cuenta cuando amé, una sola vez, pero lo suficiente como para hacerme perder sueño, perder vida, perder ganas hasta caer en el desánimo natural de mil preguntas sin responder y de la falta de empatía por parte de la persona que amo.
Cuando pensé que el corazón en el 2021 había vivido los peores días de mi vida llego el puto 2024, cargado de emociones y decisiones al principio, y casi al caer la mitad del año las interrogantes, la incertidumbre el volver a sentir aquella sensación de incredulidad por no entender como alguien que te dice que te ama, alguien que me buscó porque soy el amor de su vida y que tuvo el coraje de decirme a la cara vamos a hacerlo, ahora como a cual desconocido me trata de una manera fulminante y despiadada en un momento tan importante en nuestras vidas.
Y si, no se puede creer, como cuando cualquier mujer querría estar entre mis brazos, o escuchando la sonrisa de su hermana no tiene la capacidad de pensar por un segundo todo lo que su persona está sufriendo, por su distancia, por el hecho de todos los días pensar de que todo esté bien y de que se cuide bien estando lejos de mí.
No tener un mensaje en más de 24 horas, no tener una llamada en más de dos semanas, o una video llamado desde hace más de un mes. Un mensaje de cariño desde el último beso que nos dimos o lo que es peor la incertidumbre de no hablar claro.
Se viene una nueva vida que nadie sabe cómo va a comenzar, una nueva etapa que ella conserva en el misterio sin ni siquiera contar lo que tiene en la cabeza. Es una tortura no saber qué está pasando y mucho mas no saber qué va a pasar, una decisión que solo ella tiene para ella sin compartirla con quien debe ser su compañero de camino, ese que en la distancia lo único que hace es pensarla, apoyarle y estar pendiente de que no le falte nada, dentro de lo poco que ella me cuenta.
Este mal vivir aún no termina....
.-JJ